sábado, 6 de octubre de 2012

SUERTE DISPAR. CADETES Y JUVENILES HACEN MÉRITOS PARA GANAR, PERO SÓLO LOS SEGUNDOS ENCUENTRAN RECOMPENSA

La vibrante tarde de fútbol en Iznalloz tuvo un resultado muy desigual. Los Cadetes, tras un inicio de partido titubeante, merecieron mejor suerte ante un buen Céltic, pero acabaron siendo derrotados por una simple cuestión de pegada. Los Juveniles, por contra, que parecían abocados al mismo final, acabaron dando la vuelta al resultado. En el primer caso, en un "plis-plas" se pasó del posible 2-2 al definitivo 1-3; en el segundo, al 2-2 siguió el 3-2 en el descuento. Otro día será diferente... o mejor y justo para los dos.
   Por la mañana los BENJAMINES habían logrado una gran victoria ante el Rayo Eneas a domicilio (2-4). No lo tuvieron nada fácil en medio de un ambiente especialmente hostil. Los Alevines no disputaron su partido correspondiente por incomparecencia del equipo rival, algo fue notificado al club en las horas previas al choque.

CADETES: DERROTA INJUSTA ANTE EL CÉLTIC (1-3)
CADETES. Una formación ciertamente ilusionante. En la foto vemos a 17 de los 22 integrantes del equipo.

CRÓNICA:
Injusta derrota acatuccitana en el segundo partido de liga en casa. El inicio de partido fue clave para el devenir posterior y aquí sí logró el Céltic mostrar una clara superioridad, fruto de la cual llegó el 0-1. No obstante, los locales lograron meterse en el partido a base de coraje hasta hacerse acreedores a un mejor resultado, que no llegó no por falta de ocasiones.
En la segunda mitad, cuando el empate parecía cuestión de tiempo, llegó el segundo zarpazo visitante. Las contrariedades no lograron, sin embargo, amedrentar a los acatuccitanos, que consiguieron acortar distancias poco después: Jorge, el más polivalente de los jugadores de la Escuela, peleó con fé un balón en el área, forzando al defensa visitante a cometer penalti. La pena máxima fue convertida de forma magistral por Cristian y ahí se reanudó un asedio continuó al marco del Céltic que finalmente no se tradujo en nada. 
Con los centrales al ataque, el equipo de Pulianas aprovechó una contra, muy al final, para sentenciar el choque. Fue un final ingrato que no impidió el reconocimiento final de los aficionados locales a modo de aplauso y ovación.

No importa ni el rival ni las circunstancias.

La lucha y la entrega por encima de todo.

Aunque los que tienen que impartir justicia se equivoquen.

Siempre sobreponiéndose a todo.

Siempre luchando.

Siempre buscando al mejor alternativa. El juego en equipo.

Aunque juegue arriba, ayudo abajo.

La cuestión es esperar mi oportunidad.

No me canso aunque el rival me supere en envergadura.


Intento cosas aunque el rival me rodee y atosigue.

Aunque hoy la mande arriba, mañana la meteré. Lo importante es generar juego y ocasiones.

Hoy no era el día tampoco lanzando faltas. Seguro que insistiendo acabarán entrando.

Me ilusiona divertirme jugando.

Presiono al contrario.

Nos lanzamos todos al ataque si vamos perdiendo. Hasta los defensas. Queremos ganar, pero sino es posible, no pasa nada. Sé que esforzándome la afición me premiará con su aplauso al final del partido, gane o pierda.

El equipo quería rendir homenaje hoy a un compañero muy querido que se lesionó el pasado fin de semana en Salobreña. 
Habiéndolo dado todo en el campo, no hay duda de MIGUE SANTOS se siente reconfortado. Seguro que no tendremos que esperarte dos meses para que estés de vuelta con nosotros.


JUVENILES: RECOMPENSA FINAL ANTE EL CALAHONDA (3-2)

La trayectoria del equipo juvenil es tan desconcertante como la propia mentalidad de los jóvenes que en esas edades transitan de niños a mayores sin que casi nadie repare en ello. Capaces de jugar bien e ir perdiendo y de precipitarse y acabar ganando, ofrecen al público asistente un espectáculo único.
JUVENILES. ¡Gran equipo¡ Sin reparos, un orgullo.
Es, sin embargo, un conjunto al que no acompaña en exceso la suerte. O al menos no en la medida justa.

CRÓNICA:

El Iznalloz logró una agónica victoria ante el Calahonda-Carchuna por tres goles a dos en la quinta jornada de liga. El equipo costero controló los primeros minutos de partido, aunque fue el equipo local el que avisó en dos ocasiones. No obstante, un error de la zaga y portero acatuccitanos propició el 0-1. Sin solución de continuidad, los verdiblancos se lanzaron al ataque poniendo cerco a la meta visitante sin demasiada suerte, hasta que Francis acertó a rematar un servicio desde la izquierda para poner las tablas en el marcador.
La segunda parte fue de claro dominio local, aunque en el minuto 70 los rojiblancos del Calahonda aprovecharon un despiste general para ponerse de nuevo por delante. Los jugadores del Iznalloz protestaron airadamente situación de fuera de juego que no existió.
Con 1-2 el partido sufrió un vuelco inesperado, porque los locales dejaron de triangular con soltura y de crear ocasiones claras y el equipo costero empezó a creer de verdad en que podía ganar, sintiéndose cada vez más cómodo con el resultado. Tan sólo Jaime Torro, un verdadero ejemplo de entrega durante los 90 minutos, dispuso en esos minutos de una buena oportunidad de marcar, pero se llenó de balón, lanzándolo con violencia al larquero con todo a favor para marcar.
No obstante, Santi Torres, un juvenil de primer año que apenas llevaba unos minutos en el campo, acertó a penetrar en el área recogiendo un balón perdido y remató con fuerza al primer palo sorprendiendo al portero visitante. Apenas quedaban dos minutos para el final del partido y el público celebró el empate como si de una victoria se tratase.
Pero hubo más. Un largo descuento que sirvió para que el Iznalloz creyera de verdad en la victoria: Minuto 92, gran jugada de Falín, recorte al borde del área, penetración, disparo y gol. Los más de 150 acatuccitanos en la grada estallaron de júbilo.


 En positivo: El equipo tiene calidad para depender siempre de sí mismo, jueguen los que jueguen y seaa cual sea el rival.
Con inseguridades, como todo en la vida. Pero eso es normal y se acaba superando.

Calidad más esfuerzo sólo pueden tener un resultado...

Lo bueno de los grandes equipos es que cuando llega el final y el sol se pone, se sigue buscando la victoria... Y ésta a veces llega.

Felicidades a todos, sin distinción, aunque Francis, Santi Torres y Falín deben ser los más felices, porque a ellos les ha cabido el honor de ser los goleadores.  Para Santi, un juvenil de primer año que   siempre ha jugado atrás, lograr el empate en un partido que parecía perdido debe haber supuesto algo grande. Para Falín, lograr el tanto de la victoria en el descuento debe ser lo máximo, aunque con sabor amargo por la expulsión postrera por quitarse la camiseta.
Los que hemos visto el partido hemos vibrado.


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